Yo tengo una Amiga Virtual, por lo menos así es como ella me llama; pero no pierdo la oportunidad cada que puedo de darle un gran abrazo. Es que no se puede negar que es muy entretenido jugar con las aplicaciones de la tableta o el teléfono o con los miles de juegos que hay en Internet; pero no debemos olvidar que la vida real tiene muchas más y más divertidas aplicaciones.
La manera de relacionarnos con los demás está cambiando drásticamente, antes comunicarse con un amigo que vivía lejos podía tomar meses, ahora todo es inmediato y eso es muy bueno; pero cuando tenemos a los que queremos cerca es mucho mejor el contacto físico y la comunicación directa. Nunca un abrazo virtual será mejor que uno real.
Por eso, aunque disfrutemos mucho con la tecnología, siempre debemos recordar que nada puede remplazar el calor humano de la gente real.
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