El martes Santo conmemoramos principalmente el anuncio de Jesús a sus discípulos de que uno de ellos le traicionaría, la persona que al contrarío de María de Betania solo piensa en sí misma, con gran egoísmo y desprecio por los valores fundamentales será quien a cambio de unas monedas entregue a Jesús para su crucifixión.
Pero igual que ayer no es una situación histórica porque a Jesús lo seguimos traicionando. Lo traicionamos cuando no somos leales con su palabra, cuando ponemos nuestros propios intereses por encima de todo; sin importar que tanto mal hagamos a los demás, cuando volvemos la espalda a las personas en que Jesús mismo se manifiesta, cuando solo acudimos a él de manera egoísta, cuando mencionamos y mencionamos su nombre, pero no estamos dispuestos dejarnos cambiar por él.
¿Cuanto vale Jesús para nosotros?
Es importante reflexionar acerca de cómo esta nuestra relación con Jesús, si somos como María de Betania que está dispuesta a dejarlo todo por él o si por el contrario pensamos de manera egoísta y solamente nos interesa nuestro propio beneficio.
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