En un comentario de un artículo anterior la Hermana Lina nos recuerda que falta muy poco para recibir nuestra Primera Comunión, esto significa que recibiremos a Jesús en nuestro corazón. Es diferente a nuestro bautizo, porque ahora con plena conciencia sabemos que habitará por siempre en nosotras.
Participar activamente en la Eucaristía conmemorando la última cena de Cristo, cuando Jesús compartió su última comida con los 12 apóstoles antes de su crucifixión es un día de gran importancia para todas nosotras.
Recibir la sangre y el cuerpo de Cristo nos hace miembros oficiales del club de Jesús y nos acerca mucho más a nuestra madre María.
"Jesús danos siempre de ese Pan"
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