Los osos panda, a pesar de ser uno de los animales favoritos de todo el mundo, es víctima de la modernidad; su espacio se reduce cada vez más, dado que la tala indiscriminada de los bosques al sur oeste de china acaba con su hábitat natural. Aunque su dieta incluye algunas aves, su mayor fuente de alimento es el bambú, cuyo periodo de florecimiento es muy largo (alrededor de 100 años) por lo que las talas masivas para la colonización o construcción de carreteras hace la situación más complicada.
Si se acaban los bosques de bambú los pandas morirán de hambre. Son perseguidos además por su pelaje y aunque hay algunas áreas de reserva natural, más de la mitad de los osos viven fuera de ellas. Una osa panda solo procrea una vez al año y su cría es muy pequeña y frágil por lo que la mortalidad es muy elevada.
Otra gran responsabilidad humana, si nuestra forma de relacionarnos con el medio ambiente no cambia, pronto esta y otras especies, solo podrán verse en fotografías o en caricaturas.
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