A veces hay cosas que nos molestan, cosas que hacen o dejan de hacer las personas que nos rodean y es normal que ocurra, siempre y cuando no sea muy frecuentemente y sepamos cómo reaccionar y volver rápidamente a nuestra habitual y agradable forma de ser.
Una persona que siempre este de mal genio aleja a los demás, porque nadie quiere contagiarse del enojo, además; porque nunca se sabe cómo va a reaccionar; su temperamento se torna irascible y agresivo y genera peleas y discusiones constantes.
Lo mejor para resolver un momento de mal genio es agradecer por todas las cosas buenas. Cuando recuerdas todas las cosas buenas que hay en tu vida y te llenas de agradecimiento, los sentimientos de enojo desaparecen. Si tienes tantas cosas buenas ¿para qué dar importancia a las pequeñas situaciones que puedan amargar tu día?
Tener un amigo contento siempre aumenta la probabilidad de que uno se sienta más feliz. Más sorprendente aún es que el buen humor que se transmite a una segunda persona puede ser retransmitido a una tercera y hasta a una cuarta persona.
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