Ayer domingo, después de la eucaristía, estuve pensando mucho en mi profesora de matemáticas. Y es que Mary Pla nos ha enseñado a multiplicar muy bien, sin embargo; lo de ayer no fue cosa de factores, ni de sumarle el número que llevaba, ni tampoco de decenas y unidades: lo de ayer fue una lección de Amor, porque Jesús nos enseñó que la respuesta es perdonar SIEMPRE.
No siete como le pregunto Pedro, sino setenta veces siete. Perdonar siempre no nos hace tontos, nos hace fuertes en el amor y en la fe y aunque no es fácil, como en las matemáticas: cuando encuentras la respuesta la satisfacción es muy grande.
Si quieres revivir esta hermosa clase de matemáticas, búscala en (MT 18, 21-35)
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