Hace un año en una ceremonia muy conmovedora despedíamos a nuestra amiguita Valeria Lagos, ella con sus seis años nos mostraba cada día la fuerza para afrontar las dificultades y por eso nunca dejó de sonreír.
No nos olvidaremos de su gran capacidad de amar, de sus ganas de aprender ni de su linda sonrisa, y ahora cuando el dolor se ha convertido en fortaleza la recordamos por su gran valentía y sabemos que tenemos un angelito de La Pureza esperándonos en el cielo.
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